15.8.08

Nace en Morales una asociación pionera en la región que entrena a perros guía para ciegos

Los animales que son adiestrados, ayudarán también a desenvolverse a personas con discapacidad y servirán de terapia a niños con autismo y síndrome de Down.

Una asociación acaba de nacer en Morales del Vino con un curioso cometido: el entrenamiento de perros de guía que ayuden a las personas invidentes y con discapacidad a desenvolverse en la vida cotidiana, además de servir de terapia para niños autistas o con síndrome de Down, entre otras patologías.
Alberto Alvarez, con más de veinte años de experiencia en el entrenamiento de perros de asistencia es, junto a su mujer, Jane Alvarez Kefford el promotor de la iniciativa, pionera en Castilla y León y con proyección internacional. «La ONCE tiene la escuela de perros guía, pero hay una lista de espera de hasta cuatro años, por lo que nos hemos decidido a montar algo parecido en el lugar que residimos, en Morales del Vino, y entrenar a los cachorros aquí».
Por el momento, en ese aprendizaje están con dos perros Golden-Retriever. Voluntarios de Proyecto Hombre cuidan mientras tanto a los canes, hasta que se hagan mayores, y empiecen a desarrollar las tareas adquiridas, mediante el adiestramiento, otorgando seguridad y autonomía a las personas con discapacidad física, sensorial y cognitiva: «Pueden ser de gran ayuda y prestar servicio si existe una buena instrucción». Un aprendizaje que no es fácil, ya que «más del 50% de los perros que se entrenan para ser guías de personas invidentes y minusválidas no lo consiguen. El número de rechazos es grande porque llegado el momento de hacer la entrega a la persona que lo demanda no hay un emparejamiento ideal», explica Alberto Alvarez.
La escuela de Morales del Vino ha sido el lugar elegido para la presentación en sociedad de esta iniciativa, donde alumnos y profesores, tuvieron oportunidad de conocer de primera mano a Dash, un Golden Retriever, quien con dos años y dos meses ha sido criado y adiestrado por Alberto Alvarez para Javier Albouy, invidente desde los 17 años que reside en Barcelona, donde ejerce su profesión de abogado. «Yo entré en contacto con Alberto a través de la escuela catalana de perros y después de un periodo de aprendizaje de seis meses he venido a Zamora a buscar a Dash».
La semana que viene, Javier y su perro-guía, en pleno proceso de acoplamiento llegarán a Barcelona, hasta donde se desplazará asimismo el instructor para acostumbrar al can a la vida cotidiana de su dueño. Albouy dispone de un navegador que le permite conocer al detalle su ruta diaria para ir al despacho donde trabaja, a buscar a su hija de dos años y medio al colegio o a la farmacia. Su nuevo acompañante deberá aprender el itinerario general para desenvolverse en sus desplazamientos por una ciudad hasta ahora totalmente desconocida.
Profesores y alumnos del colegio público de Morales mostraron un vivo interés por las explicaciones que los socios de PAAT daban sobre la instrucción de los perros guía y se hicieron eco de muchas de las recomendaciones expuestas. Por ejemplo, «si veis a un perro guía es importante que no le distraigáis poniéndole comida o asustándole, porque él está trabajando y es importante concienciar a la población para que les respeten». Un fallo en su concentración podría ser la causa de un accidente.

Por el momento, la Asociación arranca con seis socios y la idea es recabar apoyos con el fin de poder entrenar el mayor número de perros dedicados a la asistencia, así como lograr donaciones de canes aptos para el adiestramiento. Todo un indicador de desarrollo económico y social en aras de facilitar la vida de las personas con determinadas discapacidades.

(S. Ramos. La Opinión de Zamora)

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